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Viaje a Rumanía

De wikisenior

Finalmente había llegado el día de la salida hacia Rumanía. La furgoneta nos recogió en la madrugada del día 15 de septiembre. Listos para el largo camino, muy buen humor que no decayó ni solo día. El vuelo hacia este país que solo conocíamos a través de fotos, vídeos, fue tranquilo y sin incidentes destacados. Aterrizamos a la hora prevista en Bucarest. Recogimos el vehículo alquilado a través de internet. Si algunas veces nos pareció largo el trámite en España, allí se alargó mucho más, simplemente la percepción del tiempo puede cambiar de un lugar a otro… Ya de camino hacia la capital rumana, nos encontramos con un tráfico intenso pero que la pericia y paciencia de Roger hicieron soportable este inconveniente. El recorrido hacia el hotel, situado en el centro, no enseñó una ciudad con multitud de obras callejeras. Sí, ya sé que pensáis que también lo mismo ocurre en vuestra ciudad, pero aquí supone una “efervescencia” de personal con paso “tranquilo” y durante las 24 h del día. Sanear, reparar o reconstruir calles y edificios por toda la ciudad (y como hemos podido constatar luego, por todos los lugares en los que pasamos, carreteras, pueblos y ciudades) es y va a ser un trabajo de larga duración.

Bucarest

Se estaba preparando la ciudad para una gran fiesta de fin de semana en conmemoración al 550 centenario de su fundación.

Fundada en 1459, era entonces la capital de la Valaquia. Cuentan que el nombre de la ciudad proviene de Bucur un pastor que se estableció en este lugar. Bucur significa alegría en rumano de ahí que numerosos escritores rumanos nombran a Bucarest la “Ciudad de la alegría”.

A pesar de sus calles levantadas, de su viejos edificios en ruinas, es una ciudad agradable con anchas avenidas, parques frondosos, villas de mucho abolengo, edificios espléndidos.


El hotel Tania de pequeñas dimensiones, pero enteramente reformado, resultó agradable, el único problema carece de ascensor como muchos hoteles de los que encontramos de precio asequible, de momento suelen tener “botones” que suben y bajan los equipajes, los salarios bajos permiten tener bastante personal. La atención fue de gran amabilidad, y disposición para hacernos sentir a gusto.