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¿Dónde está la Felicidad?

De wikisenior

Mi "Profe" Roger
Mi amigo Suso

¿Dónde está la FELICIDAD

Os daréis cuenta de que he escrito “felicidad” con mayúsculas en el titular, pues me parece una cosa tan importante que merece ser resaltada. Buscamos permanentemente la FELICIDAD, pero tal vez sin darnos cuenta nos hemos acostumbrado a asociar esta dos palabras: felicidad y más, es decir más de todo, más y mejor: mejor coche, mejor piso, más vacaciones, más de todo. Y nos olvidamos de que la felicidad en realidad se encuentra escondida en el disfrute de las cosas y no en su posesión, y para apreciarla únicamente necesitamos sentirnos bien con nosotros mismos.

Os traeré un par de ejemplos de lo que digo, y como una imagen vale más que mil palabras, mirad las fotos que acompañan este texto. En la primera de ellas nuestro Profesor Roger está rodeado de gente que seguramente habréis visto por el campus, además de nuestra Pili hay varias compañeras de primero y segundo ciclo. Una cámara oportuna ha conseguido captar ese instante, inmortalizando un momento feliz. La cara del único caballero de la fotografía lo dice todo, probablemente ni la posesión del objeto más caro del mundo le podría reportar la satisfacción que trasluce. Y en cuanto a las chicas, ¿Qué me decís? Esa risa colectiva refleja una comunión con la felicidad que no puede comprarse con dinero.

Y es que por si fuera poco conseguir esos instantes, no cuesta dinero: es gratis. Y está en nuestra mano tener cada día alguno de ellos. Hay muchas cosas que nos rodean, que están a nuestro lado y muchos de nosotros no hemos aprendido a apreciar. Por que, ¿Cuánto vale la sonrisa espontánea de un niño? No tiene valor, puesto que no se puede comprar.... un abrazo inesperado de un nieto… un viandante que nos cede el paso en la calle y un conductor que para en un paso cebra y al que obsequiamos con un gesto de agradecimiento… multitud de cosas sencillas pero suficientes para que una sensación reconfortante nos recorra. Pues mirad, en eso consiste la felicidad, en saber apreciarlas y disfrutar de esas sensaciones que en realidad son la sal de la vida.

He dicho antes que necesitamos sentirnos bien con nosotros mismos. No se trata de mantener una actitud de conformismo, soy de la opinión de que siempre debemos aspirar a más, y luchar para corregir aquello que no va bien, pero ello no es obstáculo para que en la búsqueda de ese “más y mejor” nos olvidemos de apreciar todo lo que de bueno tenemos, que estoy segura es mucho.

Por mal que nos vayan las cosas, siempre habrá algo que nos pueda hacer disfrutar de unos minutos de placer, y no es tan difícil, basta ver que hacen los niños: ¿Os habéis fijado como abre los ojos y se le despierta la curiosidad a una criatura ante una cosa nueva?, pues ese es el secreto, aprender a ver un poco más allá de lo que captan nuestros sentidos, y estar abierto a nuevas sensaciones, por que aunque carguemos muchos años a nuestras espaldas siempre habrá cosas nuevas. Os pondré un ejemplo: estamos entrando en la época en la que los árboles pierden las hojas, cuando subáis a la Uji, en lugar de ir directamente al aula o a la cafetería, fijaros unos instantes en la sinfonía de colores que presentan esos compañeros de travesía (¡qué sería de nosotros sin las plantas!) e intentad disfrutar de esa variedad de ocres que ninguna paleta de pintor sería capaz de igualar… Si además tenéis la suerte de que haya por allí algún pájaro que se ponga a cantar, o al menos que os llegue el rumor de alguna de las fuentes, os aseguro que ese instante no lo podrá igualar ni la audición en el mejor palco del mejor de los teatros de la mejor Sinfonía del mejor compositor interpretada por la mejor orquesta comandada por el mejor director. Ese es en mi opinión el camino hacia la felicidad, apreciar el valor de las pequeñas cosas que nos rodean.

Mirad ahora la segunda foto y comprenderéis lo que digo. ¿Sois capaces de distinguir quién es más feliz? Dos seres están en comunión en ese instante, mi amigo Suso y mi otro amigo, un cuadrúpedo que sabe apreciar una caricia y disfrutarla… De una cosa estoy segura: esa caricia le reportó a Suso mucha satisfacción.

--Al120050 23:24 13 ene 2010 (UTC)