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Tanagras

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'Tanagras

¿Qué son Tanagras? Tanagras, es lo primero que nos preguntamos cuando oímos esta palabra; según el Diccionario Enciclopédico Espasa, quiere decir: Estatuillas de barro cocido, policromadas y sin esmaltar, que se fabricaron en la Antigua Grecia, generalmente realizadas con moldes y que solían colocarse en los ajuares funerarios. La Fundación Bancaja en Valencia ofreció la exposición “TANAGRAS, FIGURAS PARA LA VIDA Y LA ETERNIDAD”, una colección procedente del Museo del Louvre de París. Ésta era una oportunidad única para poder disfrutar y conocer las mencionadas tanagras, algo que un grupo de cuatro estudiantes de la UJI Sénior no podíamos dejar pasar. Estas piezas de la Grecia clásica deben su nombre de “Tanagras” a la ciudad en la que se encontraron, Tanagra; aunque estas figurillas de terracota no fueron creadas en la localidad de Tanagra, sino en la de Atenas. Unos campesinos griegos las hallaron, de forma fortuita, durante el invierno del año 1870 en los campos que rodean Beocia, región situada al norte de Atenas, a orillas del río Asopo. Cerca de allí, los espartanos derrotaron en el año 457 a.C. a los atenienses. El pueblo de Tanagra conoció su máximo esplendor después de la destrucción de su rival más cercano, Tebas, a manos de Alejandro Magno en el año 335 a.C. Actualmente, en ese lugar, existe el emplazamiento arqueológico de Grimadha. En la Época Micénica, en los siglos XIV al XII a.C., Beocia mostró un gusto indiscutible por el trabajo con la arcilla, en la realización de sarcófagos, vasos y estatuillas. En el siglo VIII a.C. se especializaron en la confección de vasos funerarios e ídolos extraños con forma de campana, con piernas móviles, que en teoría guiaban a los niños en el camino hacia el otro mundo. Posteriormente en el siglo IV a.C. aparecieron las estatuillas de actores de teatro, los vasos llamados plásticos y las bailarinas con velo, estas últimas inspiradas en las esculturas atenienses, que jugaron un papel importante en torno al dios Dionisio. Aplicaron también innovaciones técnicas, como el molde bivalvo, que permitió obtener el verso y el reverso esculpidos y así hacerlas más aprovechables y económicas. Hacia el 340 a.C. nacen las figurillas de mujeres envueltas en drapeados como es el caso de la “Dama de azul”, cuya túnica tiene la superficie decorada por un ribete de pan de oro. Esta estatuilla ha sido la figura representativa del cartel anunciador de este evento en la exposición en Valencia. Para la creación de este modelo de tanagrillas, los artesanos griegos se inspiraron en las creaciones del escultor ateniense, Praxíteles, cuyas estatuas han sido uno de los motivos más difundidos, apreciados y copiados en el mundo Mediterráneo. Los mantos y velos de las Tanagras permiten conocer algunos aspectos de la indumentaria de la época, como por ejemplo: • El himation, era un paño rectangular de tamaño variable, que enrollado alrededor del cuerpo podía servir de capa. • El peplo, o abrigo de mujer, era un gran rectángulo de tela que se arrollaba alrededor del cuerpo, pero se sujetaba a la cintura con cierres y una correa. • El chitón se prendía de los hombros por fíbulas (broches) o a algunos puntos de las costuras. Las mujeres lo usaban con un cinturón debajo del busto. • El tholia era un sombrero puntiagudo que utilizaban las mujeres. Hay también representación de escenas de la vida cotidiana como: las mujeres amasando el pan y dirigidas por la música de otra mujer que toca el diaulos (doble flauta griega); un horno; un escriba; un carnicero; un hombre trabajando con el arado tirado por dos caballos; un perro con su cachorro o representaciones de dioses como Afrodita, Eros, o Hermes. El estudio del contexto en el que fueron descubiertas las Tanagras muestra que estaban dedicadas a divinidades que regían la protección del niño, sobre todo en la etapa del paso a la edad adulta, a la joven casada o a una futura madre. Se calcula que de las diez mil tumbas aproximadamente que se abrieron desde 1870 hasta 1873 en la zona, al menos en la mitad de estos enterramientos, a dos o tres metros de profundidad, se encontraron figuritas de jóvenes desnudos, portadores de ofrendas y vasos con motivos variados, lo que demuestra su uso funerario. En Grecia a partir del siglo V a.C., la costumbre de la incineración dejó paso a la inhumación de los difuntos. Aunque la finalidad funeraria de las tanagrillas era el motivo principal, nunca fue de uso exclusivo, puesto que en torno a los primeros años del siglo II a.C., también se exponían, tanto en santuarios como en los interiores de algunas de las casas residenciales o palacios griegos. Las Tanagras, desde que se descubrieron, tuvieron una enorme notoriedad en la sociedad del siglo XIX, en especial en la Exposición Universal de París de 1878. Los coleccionistas burgueses de la época se sintieron fascinados por la delicadeza y exquisitez de las figuritas; pero los marchantes atenienses fueron los únicos intermediarios entre los campesinos y los posibles compradores. El Museo del Louvre se convirtió en el primer Museo europeo en adquirir algunas de estas piezas en 1872. Las 210 Tanagras, exhibidas en el Centro Cultural, son el símbolo en miniatura de la vida cotidiana de aquellos hombres y mujeres de la Grecia Clásica. Nuestro sentimiento al observarlas, una a una, fue de perplejidad al pensar como unos artesanos, con unas herramientas rudimentarias, habían elaborado esas piezas de cerámica tan perfectas, elegantes, refinadas y hermosas. Rosa María Sáenz.