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VSG "Alcoreños" en Valdemorillo

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Juan Falcó Badenes

El siglo XIX fue un siglo de declive para la población de l’Alcora, pues durante el mismo no solo no absorbió el crecimiento natural de la población sino que disminuyó la misma, siendo en los años de 1860 a 1877 cuando se produce el mayor descenso.

En el periodo de 1800 a 1860 la población de l’Alcora se mantuvo mas o menos estable. Esto no quiere decir que no hubieran alcorinos que se trasladaran a otros lugares, durante este periodo, como así ocurrió con Juan Falcó y su mujer Mariana Badenes, que sobre 1820 debieron de trasladarse a Madrid, pues 1823 aparecerá trabajando en la fabrica de la Moncloa, acompañado seguramente años mas tarde por su hijo Juan (nacido en Alcora en 1818), y otras familias alcorinas (los Mallol, los Aycart, los Gasch, y otros.)

Sobre 1840, Juan Falcó Badenes abandona la manufactura madrileña para desplazarse a la fabrica sevillana de Pickman y Compañía, con el objetivo aprender la técnica de la estampación sobre cerámica.

No debió permanecer mucho tiempo en Sevilla, pues en 1845 Juan Falcó y otro compañero denunciaban una mina de caolín en Valdemorillo y creaban una sociedad para la fabricación de loza fina y porcelana, La Sociedad de Aulencia, Falcó y Cia.

La Sociedad de Aulencia, Falcó y Cia se funda en 1845, con un capital de 250.000 reales, siendo sus socios D. Pedro Maria Rubio y Martín de Santos miembro de las Academias de Medicina de Madrid, Berlín, París y México (su padre tenía propiedades en Valdemorillo con explotación de tierras refractarias), don Vicente González y González y don Juan Falcó Badenes. Los dos primeros como socios capitalistas y Falcó Badenes como socio industrial.


Valdemorillo 1942

Le seguirán a Valdemorillo parientes y amigos “alcoreños”, su tio Severiano Suja Sanpedro, su cuñado Victor Aycart, su primo Agustín Faix Falco etc. (los apellidos Suja, Sanpedro y Faix no parece que sean de procedencia alcorina pero en el trabajo que citamos como fuentes se mencionan como tales).

La integración de los alcorinos con los habitantes de Valdemorillo fue total, enlazando con las familias más importantes del pueblo.

El funcionamiento laboral de la fabrica se apoyo sobre una sólida red de parentesco en torno a Juan Falcó, sus cuatro hermanas se casaron con miembros de familias ceramistas, de origen alcorino, que terminaron trabando para él, y alguno de sus nuevos parientes alejados del trabajo cerámico se iniciarán de su mano en el mismo.

La producción de la Fábrica de Falcó se distinguió por la gran variedad y el módico precio de sus piezas, siendo las piezas de loza estampadas de excelente factura.

El módico precio de la loza de Falco y Cia., no iba en merma de la calidad y buen gusto, como lo prueba el que se fabricaran vajillas de loza muy fina para la Casa Real (Alfonso XII y Alfonso XIII).

A parte de su hacer como empresario, Juan Falcó Badenes fue un gran benefactor para Valdemorillo, pues a su interés por la mejora de la fábrica unía una verdadera dedicación al pueblo, creando becas de estudio para los jóvenes, etc., esta labor fue continuada por si hijo Juan Falco Sancho, alcanzando una gran estima y consideración entre sus paisanos, que han dado su nombre al colegio publico de educación de la localidad.[1]

Fábrica de cerámica de Valdemorillo, convertida en casa de la cultura

Tras la muerte de Juan Falcó Badenes en 1883 se hará cargo de la fábrica su hijo Juan Falcó Sancho, ingeniero de minas, pero la competencia extranjera favorecida por el funcionamiento del ferrocarril, (Valdemorillo solo disponía de medios de tracción animal, para transportar su produdcción) llevaron a la fabrica a un largo periodo de decadencia, cesando su actividad en el año 1912.

En 1915 Juan Falcó Sancho vendió la fabrica a Juan Giralt Laporta, quien con algunos obreros catalanes, tras adecuar sus instalaciones, fabricó porcelana dura de laboratorio y aisladores eléctricos hasta la destrucción en 1936, a causa de los bombardeos sufridos en la batalla de Brunete.

Esta es la historia de un alcorino lejos de su pueblo, en el siglo XIX fueron muchos los que tuvieron que emigrar de l'Alcora, quizás como Juan Flacó, llegaron a ser importantes para el pueblo que los acogió.

1 He usado el gentilicio “alcoreños” por ser la de forma habitual utilizada en los escritos que sobre la Real Fábrica y sus trabajadores durante el siglo XIX.

La fuentes de este artículos provienen de los siguientes textos, José Sierra Alvarez 1996 “Linajes Obreros: Movilidad Geográfica y continuidad profesional en el tránsito de la manufactura a la fábrica” Madrid UGT.[2]

Valdemorillo.com/ varios 2009 “La fábrica de “Juan Falcó” Revista Digital sobre Valdemorillo y su Comarca.[3].html